Saturday, July 31, 2004

And he´s back

Me encantó lo de Perra Domada.

Thursday, July 29, 2004

Fracaso

Me gusta escuchar más que hablar, leer más que escribir
Hoy me pidieron que contara una historia. No que la escribiera, que la contara. De forma oral. Una historia que tuviera que ver con quien soy. Y fue un fracaso. Rotundo fracaso.

Monday, July 26, 2004

Showtime


El circo: me gusta por feo y triste. Por su bella decadencia. Como Las Vegas, por lo patético. Porque no importa si al que hace malabares se le caen los aros, si el payaso tiene el pantalón agujerado o entra agua por la carpa, todo eso lo hace más lindo porque lo hace más feo. Fui tres veces. De chica, de menos chica y ahora. Las tres veces me pareció lo mismo: triste y fascinante. Por más que antes hubiera elefantes y tigres y ahora sólo gatos y perros. No importa. Esa forma de adjetivar es la misma. Todo es grandioso, aunque esté cayendose a pedazos. Todo es mágico, aunque se noten los malos trucos.
Los enanos de oro, El torbellino humano, El hombre de fuego, Los dandys del malabar, La dama de las alturas, un número tras otro, durante dos horas. Finalmente, la anfitriona anuncia que llega el broche final, a la altura de un circo de "fama internacional": el esperado Circulo de la muerte, donde "cualquier momiviento en falso puede ser fataaaaaal".
(Había una chica hermosa, de pelo fucsia y traje de vaquera. Vendía pochoclo en la entrada y después bailó country como una texana. No sé, se me antojó libre. Puede ser que por mi insistencia en asociar la idea de libertad a volar en un trapecio, a escapar con un circo, a rodar por el mundo. Puede ser).

Sunday, July 25, 2004

Forro

estoy indignada, enojada, caliente. Me tuve que bancar la prepotencia de un pendejo que me trató poco menos que de cabeza por tener una hija a los 20. Pero que mierda sabés de mi infeliz? Si te enseñaron que la vida se divide en segmentos (colegio, carrerita de marketing en la UADE, conseguir un buen laburo, comprarse un departamento en Barrio Norte, casarse y formar la familia walsh) te felicito, pero esa no fue mi vida (y no porque me haya salido para el orto el plan sino porque en gran parte fue mi elección no seguir los pasos del manualcito) y estoy feliz y orgullosa de que así haya sido. Con esa carita sobradora y diciendo "te cagaste la vida", que ganas de matarte!! ¿Qué me cagué la vida? Qué equivocado estás, pero ni hace falta tratar de hacertelo entender. Me conformo con lo que te dije. "Podes ser pendejo...pero ser bocón, eso es imperdonable. Hablar de mi vida cuando ni me conocés, ¿por que no te callás un poco?



Saturday, July 24, 2004

Qué falsa que es la gente por dios. Y la palabra, ¿dónde quedó la palabra? Nadie guarda su reputa palabra ni tiene memoria.

Wednesday, July 21, 2004

Amicis

Muy buena la cena de ayer. Me divertí mucho. Primero empezó con muchas caras de culo en lo de Sol por la manía de María de llegar siempre dos horas tarde y no avisar. Después pasó y nos fuimos para “La Prima”: chicas muy producidas con sus stilletos y ropita de diseñador y nosotras que no queremos abandonar los 90. Esperamos media hora por una mesa. De entrada provoletas, matambrito y media parrilla abundantísima después, vino, moza simpática…Nos reímos mucho. De boludeces. Contabilizamos años de amistad: 13 (La mayoría nos hicimos amigas en séptimo). Hablamos del tiempo: cómo cuando éramos chicas nos parecía eterno y ahora pasa tan rápido. Hablamos también de nuestra pasado groupie de salidas con los chicos de Maná (tema recurrente si los hay), etc, etc. Después una hora esperando un taxi en Juan B. Justo. Más risas. Nos “dormíamos” o nos poníamos a charlar y siempre alguno nos ganaba de mano. Tres menos veinte llego a casa y Rodrigo en la pieza de la Coco jugando a las adivinanzas. Del tipo: “Tiene ruedas, es amarillo y no lo tenemos más” (nuestro ex auto), “Es grande, de color verde y desapareció hace miles de años” (ésta la dijo Coco, obviamente el dinosaurio) o “Es buena, tiene dientes nuevos y hace las mejores milanesas del mundo” (la abuela).  

Monday, July 19, 2004

Finales idiotas

Tengo una debilidad particular por las películas francesas. Pese a sus finales, que son siempre desconcertantes por lo abierto e indefinido. Sin embargo, ayer miré una, “La belleza de Venus”, con Audrey Tatou que no tenía un final abierto, pero si el más tonto que vi en mi vida. Resumen: una mujer de unos cuarenta años, cansada de fracasar amorosamente y estar sola, se deja arrastrar por la pasión de un veinteañero que se declara enamorado de ella. Este a su vez tiene una novia, bastante pscicótica por cierto. La primera mujer trabaja en un instituto de belleza parisino. Después de muchas idas y venidas, la noche de año nuevo, el galán le lleva un regalo a su enamorada, mientras esta cierra el negocio. Un dorado vestido de época, con miriñaque incluido. Cuando se están por besar y a punto de que aparezcan los créditos en pantalla, aparece la psicótica y dispara, con tan mala puntería que le pega a una lámpara. El novio engañador la echa, pero no le saca el arma y los dos enamorados se dan un prolongado beso, frente a una puerta de vidrio, sin ninguna certeza de que la psicótica no va a regresar y acribillarlos a los dos con su revolver recortado plateado. En fin, un final en absoluto inverosímil y estupido. Supongo entonces que en lo que hace a películas francesas, mejor final abierto que final tonto.
En cuanto a “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, que vi el otro día, sencillamente la adoré.  Perfecta. No le falta nada, lo le sobra nada.




Friday, July 16, 2004

Algunas cosas que pienso

¿Cuándo fue que me quedé sin palabras para expresar lo que me pasa? ¿Alguna vez las tuve? Cómo no saber si amo, quiero, estoy enamorada, estoy acostumbrada. Cómo no saber lo que me pasa.. ¿O es que además de sin palabras, me quedé sin sentimientos? El dice que es como una balanza. Mientras siga habiendo más placeres que problemas, está todo bien, hay que seguir. Nunca me gustó la contabilidad, ya sabes. ¿Cuánto hay que aguantar para durar? Y la eterna pregunta nuestra: ¿estamos enamorados de lo que somos o estamos enamorados del recuerdo de lo que fuimos? A veces nos parecemos mucho a dos hermanos, siempre te lo digo. Nos conocemos demasiado. Supongo que no todas las semanas pueden ser tan buenas como esta ultima. No siempre puede ser tan perfecto. Decís que es porque estoy de vacaciones y puede que tengas razón. Empiezo a hacer las cosas mal cuando tengo que dividir energías. 
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Mis amigas son mi refugio. La gente que conocí últimamente me parece toda muy enferma, cargada de fobias, egos y obsesiones que no estoy dispuesta a soportar. No digo que nosotras no las tengamos, pero no llego a conocer la parte buena, el lado sano, de mis nuevas compañías. Todavía pienso que mis verdaderos amigos son con los tengo una historia en común, más allá de lo que cada uno haga ahora.  Casi todo el resto, son amigos circunstanciales. Se termina lo que te une y se rompe el vínculo. En la mayoría de los casos me pasa eso



Thursday, July 15, 2004

Tortón

Siempre fui Ceci. Tuve algunos apodos temporarios, pero ninguno duró demasiado. Mis primos me decían garza y lo odiaba, mis hermanos gorda (aun lo hacen de vez en cuando) y mi mamá por muchos años, torta. Ese sí me gustaba (“Mi tortita”, “mi tortón”, “mi cara de torta"). A veces me avergonzaba un poco, sobre todo enfrente de mis amigos, pero me parecía dulce. Cuando se enojaba, en cambio, me decía nena. Horrible, como si fuera cualquier nena, una extraña para ella, tan lejano…. 
En cuanto a mi hija, temo que ya perdió su nombre. Casi nadie le dice Valentina. Cuando nació fue Gury (y de apellido Locur). Era nuestra “Gury Locur”. Después también perdió ese apodo y paso a ser Coco. Y hoy es Coco y todas sus variantes: Cocón, Coqui, Cocosh, Cocoroco, Coquingui.   
De los apodos usuales hay uno que aborrezco: flaca. Un compañero de la facultad  insiste en llamarme así y me saca. Con mi marido antes no llamábamos “gorda y gordo” y hace un tiempo pasamos al “papi y mami” o “pa y ma”, lo cual es bastante patetico. Sólo espero que no terminemos en el “viejo y vieja”. Inspiración: Lola


Manía

Ayer me contaban sobre un profesor que se ufanaba de robar libros. Debo confesar que yo tengo la misma manía. No le robo a cualquiera, se los saco a mi papá, que es otro famoso saqueador de bibliotecas, asi que supongo que tengo 100 años de perdón. Tengo varios robados: las memorias de Ben Bradlee, Viaje al final de la noche, de Celine (ya me lo hurtó a su vez un hampón amigo de mi marido); Itinerarios de la modernidad, de Casullo y Forster; Obras completas, de Roberto Arlt, etc. Los libros van pasando de mano en mano, circulan, y por eso supongo que no está mal visto robar libros, todo lo contrario, resulta gracioso. "No es lo mismo que robar pasacasettes" esgrimí ayer y me acusaron de anticuada por decir pasacasette en lugar de stereo.



Friday, July 02, 2004

Ritual

Era el ritual de todos los veranos. Yo había dejado en Buenos Aires materias pendientes y mis vacaciones se terminaban, invariablemente, antes que las de mis hermanos. Entonces, algun domingo de febrero, mi papá decretaba que era hora de volverme, de recluirme en casa, tranquila, para rendir bien en marzo. Todo quedaba en Miramar: mis amores de verano, mis vueltas por Central Park a la tarde para jugar unos fichines, mis noches en la Cantina, la playa del vivero, el muelle, los libros usados de Tupi Namba, los cafés en Sitges con mamá y mi hermana...
Mi papá me arrancaba de todo eso obligándome a soñar desde ese mismo día con las próximas vacaciones en la playa. Sin embargo, el regreso siempre era un buen final: viajaba de tarde-noche con mi papa y, a veces, mi hermana. La pelea de siempre. Nosotras queríamos salir por Mar del Plata y mi papá insistía con cruzarla por atrás para evitar el tráfico y la compra de alfajores. Música en el auto, por esa epoca lo usual eran Tina Turner, Rod Steward, Los Beatles, y los casette grabados que mezclaban REM con los Redondos. A Buenos Aires llegabamos bien de noche. La ciudad vacía, era como tomarla casi por asalto, agarrarla de sorpresa. Buscabamos una pizzería de barrio abierta, comprabamos algo e ibamos para casa, mi casa de la calle Virrey Liniers. El aroma a encierro, a lugar no vivido durante dos meses me encantaba..Sí, odiaba que el verano se terminara, pero a la vez adoraba volver a casa.