De bebés

Sol tuvo su segundo hijo, la novia de mi hermano está embarazada (otra nena!) y a mi la gente no me deja de preguntar: "¿Y, para cuando el próximo?". Lo sé, lo sé. Valentina va a cumplir seis años y tiene, según todos, la edad de merecer un hermanito. Reconozco que se aburre un poco también. Sobre todo cuando está en casa. Jamás en lo de sus abuelas o en lo de su tía. Pero la verdad es que en este momento tengo pocas ganas. No me enternecen ni las panzas ni los bebés ni tengo ganas de tenerlos en brazos y cuando le veo la cara de cansada a Sol sólo pienso "pobre". Alguna vez calculé que los 26, 27 podía ser una buena edad para tener el segundo. Pero a medida que me acerqué a esa fecha, empecé a posponer. Ahora digo que a los 40 el segundo. Mañana no sé. Total, compinche con su hermanito/a Valentina no va a hacer. La diferencia ya está. Me siento culpable porque yo disfruté de mis cuatro hermanos y realmente me divertí en mi infancia. Igual cada vez que sale el tema del hermano, la gorda dice que no quiere saber nada. Aunque a los cinco minutos se arrepiente y empieza a tirar posibles nombres: Yamila, Renata, Cenicienta, Barbie Cascanueces.
En lo que también cambié de parecer es en la cantidad y orden de los hijos (ya se, ya se, después salé todo al revés). Hace un tiempo decía que quería tener cuatro mujeres y un varón al final, el benjamín. Ahora me gustaría que el proximo fuera un niño. Como para romper con la tradición de las féminas. El nombre ya lo tengo: Salvador Elías Ruiz. Ojala que salga revolucionario. Veremos, veremos.